sábado, 28 de enero de 2012

EL ARTE DE CONTAR – Javier de Ríos Briz



Todo comenzó un verano, cuando el abuelo Pascual se empeñó en enseñar al pequeño Daniel a sumar. "Para que vaya adelantando trabajo del nuevo curso", dijo como apoyo a su decisión. "Deje al chaval que disfrute de las vacaciones, padre", rebatió Marisa, la madre de Daniel, "que para eso ya están los maestros".
Pero no hubo manera, el abuelo Pascual era y sigue siendo muy testarudo, y si se le mete una idea en la cabeza, no ha nacido el mortal que pueda disuadirle de seguir adelante con ella.
Así que fue a buscar la arrugada libreta que su mujer usaba para apuntar los litros de leche que vendían a los vecinos, y el flamante bolígrafo que le había regalado días atrás el comercial de la casa de piensos. El abuelo Pascual sentó al niño en sus rodillas, que accedió a recibir una improvisada clase de matemáticas sin rechistar, y empezó a escribir con grandes caracteres: 50.
—¿Sabes qué número es éste, Dani?
—Sí, abuelo, el cincuenta.
—Sí señor, muy bien, chaval.
Debajo del primer cincuenta, escribió otro idéntico, y debajo de ellos trazó una línea más o menos recta, con esmero, como si se enfrentara a una obra de artesanía. Después procedió a hacer la suma, mientras le explicaba al niño en voz alta lo que estaba haciendo, intentando adoptar un estilo lo más didáctico posible: que si cero más cero es cero, que si cinco y cinco diez, y nos llevamos una, y como hemos acabado ponemos el uno delante..., y ya está: cincuenta más cincuenta, cien.
—¿Te has enterado, Dani?
—Sí, pero no me lo creo, abuelo —dijo el niño con esa bendita sinceridad que todos perdemos al entrar en la adolescencia.
—¿Cómo que no te lo crees?
—Como que no me lo creo —aseguró el rapaz testarudo, y después amenazó—: y si no me lo demuestras, no pienso estudiar nunca más.
—¡Jodío crío! —murmuró el abuelo entre dientes.
—¿Qué dices, abuelo?
—¡Nada! Ven aquí conmigo. Vamos a dar un paseo.
Todos los que vieron pasar al abuelo y al nieto, veían sorprendidos cómo ambos se iban agachando de vez en cuando para coger con mimo diminutas piedrecitas, que después introducían con cuidado en una bolsa de plástico que portaba el anciano maestro.
Ya de vuelta en la casa, el abuelo se preparó para dar una clase magistral a su nieto, en la que demostraría la suma que habían hecho antes. Para ello sacaron al pequeño corralillo dos sillas, y el abuelo Pascual comenzó a contar piedrecitas con paciencia.
—...cuarenta y nueve, y cincuenta. Bien, ahora voy a hacer otro montón como éste. ¿Me sigues Dani?
—Sí, abuelo.
El abuelo Pascual hizo dos montoncitos idénticos de cincuenta piedrecitas cada uno, y luego juntó los dos.
—¿Ves? Los he juntado, es decir, los he sumado. Ahora voy a volver a contar las piedrecitas, y ya verás como hay cien.
—Noventa y cinco..., noventa y seis..., noventa y siete..., noventa y ocho..., noventa y nueve..., cien..., y ciento uno. ¡Me cago en la hostia!
—¿Qué dices abuelito?
—Nada, Dani, nada, que algo ha fallado, pero tranquilo, que yo te lo demuestro, como que me llamo Pascual, yo te lo demuestro.
Y con paciencia, separó las pequeñas piedras, volvió a hacer dos montones de cincuenta, volvió a juntarlos y contó de nuevo. El pequeño Daniel no perdía ojo, y seguía extasiado las evoluciones de su abuelo.
—Noventa y siete..., noventa y ocho..., noventa y nueve. ¡Me cago en la mar serena!
—¿Qué pasa abuelo? ¿Que lo de las sumas es mentira? Eso pensaba yo, que es un invento para fastidiar a los niños.
Siete veces más lo hizo aquel mismo día, con diferentes métodos, y las piedras resultaron ser tan testarudas como él. Unas veces contaba noventa y nueve, y otras ciento dos, pero nunca, nunca, cien, ni por casualidad. Siempre hacía primero los dos montones de cincuenta, porque si no la demostración de la suma no sería válida, y al juntarlos nunca hallaba cien piedrecitas.
Por fortuna, el pequeño Daniel no cumplió sus amenazas. Ahora, el pequeño Danielito mide uno noventa y cinco, y está a punto de doctorarse en ciencias exactas. De vez en cuando visita a su abuelo, que sigue allí, en el pueblo.
Ha transcurrido el tiempo, inexorable como siempre, pero no pasa un sólo día sin que el abuelo Pascual cuente sus piedrecitas, siempre con idéntica mala fortuna.
Cuando va de visita, Dani le observa en silencio, pero no se atreve a colaborar; él prefiere creérselo sin más.
—Los matemáticos sólo demostramos las cosas sobre el papel —se suele justificar—, dejamos ese tipo de experiencias a los físicos, o a gente como el abuelo, que tienen tiempo para las pruebas empíricas.
Y el abuelo Pascual sigue a lo suyo, cuenta que te cuenta, porque siempre ha sido muy testarudo. Tal vez lo hace porque si no consigue demostrar esta pequeña suma, pueden derrumbarse otras muchas cosas que él suele dar como ciertas. Creo que ya lleva así veinte años, o tal vez veintiuno, no sé, que es que lo de contar parece fácil, sí, pero como todo, el arte de contar requiere poseer ciertas habilidades, que no todos tenemos.

jueves, 26 de enero de 2012

LA PRISIONERA DE TEHERÁN - Marina Nemat



Autobiografía novelada de Marina Nemat, una cristiana iraní encarcelada durante los primeros años del régimen de Jomeini. Narra los conflictos de un país donde predominan el fanatismo islámico y la opresión de la mujer, y donde ella misma se vio obligada a casarse con su guardián y a convertirse al islamismo. Escrito con emoción y sentimientos encontrados, llega a tener remordimientos por haber sobrevivido a otras prisioneras y querer a la familia musulmana de su marido, cuando ella ha renunciado a la suya. Tras superar una serie de obstáculos logra finalmente huir a Canadá.

sábado, 21 de enero de 2012

CARTA A LÉONTINE - Raffaello Mastrolonardo



Una novela intensa y conmovedora, galardonada con el premio Mosca 2010. 

Carta a Léontine, publicada originalmente por una pequeña editorial local, se convirtió en un best seller en Italia gracias al boca a boca de los lectores y las recomendaciones de los libreros. En 2010 recibió el premio Mosca, destinado a promover a autores inéditos. 
Piergiorgio Alfonsi es un médico famoso, casado desde hace varios años y padre de una hija adolescente. Léontine, en cambio, es una mujer libre. Elegante y sensual, representa todo aquello que a él le falta desde hace tiempo: una compañera irónica, inteligente, que sabe lo que quiere. Una mujer capaz de escucharlo y comprenderlo, con la que compartir la soledad, emborracharse o hacer el amor sin recato. Entre los dos nace una atormentada relación, y es él quien nos cuenta la historia... Un puñetazo en el estómago, un tiovivo de emociones, una novela difícil de olvidar.
«Le puede suceder a cualquiera: bajamos la guardia y el destino nos asesta uno de esos golpes de los que resulta difícil recuperarse. Una historia fresca, sugestiva y sorprendente, como solo la vida sabe serlo.» Bari Sera

sábado, 14 de enero de 2012

MÁS GRANDES QUE EL AMOR - Dominique Lapierre



Un día hallándose de paso en Nueva York, Dominique Lapierre lee en un periódico una noticia sorprendente: «La Madre Teresa de Calcuta ha abierto, en pleno corazón de las calles más calientes de Manhattan, un hogar para acoger a las víctimas del sida sin recursos». Se precipita a la dirección indicada, y encuentra allí una aventura humana, médica y científica como quizá no se ha visto otra en el mundo. Ésta será la encuesta de su vida. 

Durante tres años forzará la puerta de los laboratorios de investigación, reconstruirá la caza de virus más formidable de la reciente historia médica, compartirá la embriaguez de los descubridores de los invisibles agentes mortales, revivirá la jadeante carrera en pos del primer medicamento eficaz contra el mal y será testigo del prodigioso impulso de generosidad y de compasión de los que cuidan a los enfermos, del valor y de la esperanza de éstos. 

Más grandes que el amor relata el incesante combate de todos aquellos —médicos, investigadores, sanitarios, víctimas— que se muestran cada día aún más grandes que el amor en la realización de su vocación o en la aceptación de sus sufrimientos; la historia de docenas de héroes de nuestro tiempo, conocidos o anónimos y del fantástico desafío lanzado a los médicos y a los investigadores de este final de milenio.

miércoles, 11 de enero de 2012

LAS LUNAS DE JÚPITER - Alice Munro



Los cuentos de Las lunas de Júpiter indagan en la vida de mujeres atrapadas en la rutina, invisibles, abnegadas y aparentemente conformadas con ser un mero satélite del marido o el padre enfermo al que cuidan, pero esperando, siempre, encontrar un instante de pasión, por breve que sea, que devuelva un poco de brillo a su existencia. Munro nos ofrece un catálogo de mujeres al borde del abismo: frías, infieles, insensatas o desesperadas, pero todas tocadas por un pálido rayo de esperanza.

martes, 10 de enero de 2012

AHORA - Morris Gleitzman



Una vez los nazis arrasaron Europa.
Entonces Felix y Zelda decidieron actuar.
Ahora Felix se enfrenta a su pasado.


Una vez supe que mi abuelo Felix tuvo una infancia terrible. 
Entonces descubrí lo que los nazis hicieron a su mejor amiga Zelda. 
Ahora entiendo por qué Felix hace las cosas que hace. 
Al menos me tiene a mí. 
Yo también me llamo Zelda. 
Ésta es nuestra historia. 


Ahora nos vuelve a sumergir en la vida de Felix pero con un inesperado punto de vista. Felix, el niño protagonista de las novelas anteriores y ahora un octogernario, recupera la sonrisa de la mano de su nieta Zelda, la nueva Zelda, con la que compartirá nuevas y emocionantes aventuras invadidas de ternura y humor. 

MUJERES DE OJOS GRANDES - Ángeles Mastretta


Mujeres de ojos grandes cuenta, a través de relatos cortos y conmovedores, las vidas de distintas mujeres educadas para el matrimonio y sus servidumbres tradicionales: marido, hijos, casa, cocina. El centro de sus preocupaciones se reduce a la familia y toda posibilidad de realización de su persona está sujeta al marco estricto de dicha situación. Sin embargo, la anécdota misma de tales vidas muestra a esas mujeres como depositarias de una sabiduría femenina anterior a toda revolución emancipadora. Por debajo de una cotidianeidad aparentemente anodina y rutinaria, surgen personalidades femeninas vigorosas, que a menudo eclipsan a los hombres, ya sean éstos fantasmas románticos o perfectos desconocidos. Con enorme inteligencia expresiva, personalísimo sentido del humor y suma complicidad con sus personajes, Mastretta hace de Mujeres de ojos grandes una de las muestras literarias más personales y atractivas de la batalla entre los sexos.


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Como en las viejas historias orientales, una mujer se propone salvar a otras mujeres del olvido, ganarlas para la persistencia y el recuerdo, y escoge para eso el arte que la naturalidad y la constancia le han dado: el arte de contar. La voz narrativa de Ángeles Mastretta nos lleva por una galería intensa y diversa de mujeres salvadas gracias al encanto verbal. Las historias de Mastretta integran un tejido hecho de simpatía desencadenada y silencios puntualísimos.

Este libro tiene, además, un hilo claro que lo anima y potencia: mujeres en momentos cruciales de sus vidas. Mujeres con historias desmesuradas, que pueden resumir en una nuez de experiencia lo que se ha llevado años vivir. Mujeres sorprendidas, sorprendentes, fotografiadas en el instante decisivo: Mujeres de ojos grandes. Con la llaneza de la elegancia, la prosa de Ángeles Mastretta vuelve a estar a la altura de lo que sus personajes sueñan, lamentan, descifran de la vida.

sábado, 7 de enero de 2012

HISTORIA DE O - Pauline Réage



Clásico de la literatura erótica, esta novela narra la iniciación de una joven llamada O en una peculiar forma de esclavitud sexual que pronto se asoció al sadomasoquismo. Incitada por René, su amante, O se somete a diversas pruebas que la internan poco a poco en un mundo en que se imbrican íntimamente dolor y placer, castigo y alivio. Sus estremecedoras vivencias, mientras indagan en los límites del alma humana, sentaron las bases de un nuevo erotismo.

LOS HILOS DEL CORAZÓN - Carole Martinez



En un pueblo del sur de España vive Frasquita Carrasco, una costurera que tiene fama de maga o de bruja, pues parece infundir vida a las prendas que confecciona: como el corazón de seda que cose y oculta bajo el ropaje de la Virgen sacada en procesión y que palpita milagrosamente; o un abanico que reproduce con tal perfección las alas de una mariposa que saldrá volando por la ventana; o las flores de tela de su propio vestido de novia, tan vivas que se marchitarán ante las miradas de envidia de las demás lugareñas. Un día, su marido se juega a Frasquita en una apuesta... y pierde. Eso la obliga a cometer un adulterio y a marcharse del pueblo con sus hijos y huir a través de Andalucía, una región sumida hacia finales del siglo XIX en revueltas campesinas, en las que se verán trágicamente implicados. Su periplo los lleva hasta África, donde Frasquita da a luz a su última hija y donde se irá cerrando el ciclo de su vida.