jueves, 30 de junio de 2011

POEMA XXXVIII

Dulce María Loynaz

Si dices una palabra más, me moriré de tu voz; me moriré de tu voz, que ya me está hincando el pecho, que puede traspasaRme el pecho como una aguda, larga y exquisita espada.
Si dices una palabra más con esa voz tuya de acero, de filo y de muerte; con esa voz que es como una cosa tangible que yo podría acariciar, estrujar, morder; si dices una palaba más con esa voz que me pones de punta en el pecho, yo caería atravesada, muerta por una espada invisible, dueña del camino más recto a mi corazón.

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